Con las políticas migratorias y proteccionistas de Trump no será México el más perjudicado, sino los guatemaltecos y guatemaltecas, si el país no hace algo por el desarrollo.
El plan de construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México, las deportaciones masivas y las acciones de criminalización migratoria, tendrán un fuerte impacto negativo para Guatemala, concuerdan diversos especialistas.
Sobre todo, a la luz de que desde hace ya bastante tiempo la economía del país centroamericano está sustentada fundamentalmente en las remesas enviadas por los guatemaltecos residentes en suelo norteamericano, que ascendieron a más de 7 mil millones de dólares el año pasado (9,9 por ciento del Producto Interno Bruto)
Las remesas familiares son un rubro de importancia macroeconómica creciente, en magnitudes comparables a las exportaciones y a la inversión extranjera directa que llega a los países centroamericanos.
Pero los efectos perniciosos para la región serían también en comercio exterior y atracción de inversiones, si el nuevo gobierno de Washington modificara el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana.
Frente a estas amenazas, es cada vez más imprescindible adoptar un nuevo modelo económico y fiscal, promover pactos sociales y fiscales tendientes a fortalecer la integración centroamericana; así como ejecutar sistemas económicos y fiscales más democráticos y comprometidos con el desarrollo, el crecimiento económico endógeno y el bienestar social.